Desde hace un tiempo se ha instalado en las áreas de producción industrial y en las de desarrollo tecnológico, el “Internet de las Cosas”. Este concepto es un “paraguas” que engloba y abarca la gran cantidad de transformaciones e innovaciones que se están produciendo en la industria y las tecnologías que ya se está trasladando a la comunidad en general. El concepto nació en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). La definición original proviene del Inglés “Internet of Things” (IoT), que propone un mundo donde los objetos y elementos que le facilitan la vida a las personas, estén vinculados a Internet y por ende conectados entre sí, para poder ser operados con mínima participación humana, facilitando aún más la vida cotidiana. Es decir, una revolución en las relaciones entre los objetos y las personas, incluso entre los objetos directamente, que se conectarán entre ellos y con la Red y ofrecerán datos en tiempo real, acercando la digitalización del mundo físico.
Desde el año 2009 el 9 de abril, celebramos el Día Internacional del Internet de las Cosas, considerando que hoy el 40% de la población mundial está conectada, y se generan más datos en un año que en los 5,000 años anteriores, no podemos desconocer que este fenómeno de conectividad nos rodea y que está creciendo…. Imaginemos lo que supondría contar con el 100% de la población mundial conectada y, más aún, el 100% de las cosas conectadas.
Hay una buena noticia entonces, el Internet de las Cosa está entre nosotros y no viene a complicarnos la vida, sino a facilitarla, en relación a la tecnología. Si bien es cierto que la evolución de los aparatos se ha manifestado fuertemente y exponencialmente en los dispositivos con mayor vínculo a la tecnología, como las computadoras, televisores y celulares, el resto de los elementos, electrodomésticos, artefactos de uso y cuidado personal, dispositivos de comando y encendido, vehículos, maquinas, entre otras cosas, han ido incorporando electrónica para acercarse y comunicarse con estos, pero no al mismo ritmo ni evolución de aquellos. El camino irreversible a un mundo híper-comunicado con Internet y a su vez la mayor posibilidad de producción de elementos, con las Impresoras en 3D, está generando una gran integración e interacción entre los aparatos, motores y máquinas que nos rodean, nos facilitan y soportan nuestras vidas.
Despertarse a la mañana en un día laboral, con música seleccionada según el estado de ánimo, con el baño en temperatura adecuada y luego poder sentarse a desayunar con el café listo y tostadas, son algunas de las facilidades que engloba IoT. Luego que nos retiramos del hogar, máquinas con autocontrol, limpiarán y ordenarán el lugar, economizando al máximo la energía, para hacer siempre los procesos más sostenibles y ecológicos. El automóvil que se maneja sólo nos espera en la puerta y nos lleva al lugar de trabajo, se encarga de informarnos y contarnos las novedades en el trayecto y nos ayuda con la agenda del día. Si el viaje es largo, lo entretiene con videos y música en pantalla o en anteojos de realidad virtual, para hacerlo aún más atractivo y antes de dejarnos, nos pregunta a qué hora vuelve a buscarnos.
Cuando salimos del trabajo y vamos a hacer actividades deportivas, contaremos con zapatillas que nos indican los km recorridos y las calorías consumidas, ropa deportiva que nos mida la presión arterial y el ritmo cardiaco, mientras realizamos los ejercicios para avisarnos de cualquier anomalía. El celular recibe y controla esa información para medirla y compararla con performance anteriores y marcarnos las mejoras y evoluciones.
Esto ya no es un cuento del futuro, las máquinas, dispositivos y tecnologías están entre nosotros para cumplirlo, presentando una fantástica posibilidad de evolución y reconversión de las cosas. Según Hans Vestberg , CEO de Ericsson, «Si una persona se conecta a la red, le cambia la vida. Pero si todas las cosas y objetos se conectan, es el mundo el que cambia.»
Aquí es donde está el desafío y donde los emprendedores, las empresas y las industrias deben poner su foco para participar y acompañar este mundo que viene. Aquellos fabricantes que no se adapten a esta tendencia, pueden quedar fuera del mercado. Quienes buscan nuevos horizontes laborales, pueden encontrar en esta movida un amplio terreno fértil para innovar y proponer soluciones, interrelacionando elementos existentes.
Laboratorio de Internet de las Cosas de la UBP
Considerando la creciente demanda de soluciones tecnológicas, la Universidad Blas Pascal ha incorporado desde el año 2018, el Laboratorio de Internet de las Cosas, en el ámbito del CIADE-IT (Centro de Investigación Aplicada y de Desarrollo en informática y Telecomunicaciones), donde los alumnos, docente e investigadores de la Universidad desarrollan proyectos con elementos y dispositivos de anclaje a esta tecnología. Así mismo se realizan acuerdos con empresas u organizaciones que poseen herramientas y tecnologías de IOT o que necesitan desarrollo asociados a la medición y analítica de datos, constituyéndose en proyectos de transferencia de conocimiento hacia la comunidad.
0 comentarios